Por: Hugo Balderrama Ferrufino.
La neo izquierda a diferencia del marxismo clásico, concentra en la cultura, su ataque a la civilización occidental. Para tal fin, la educación es una de sus armas seleccionadas. Desde el brasileño Paulo Freire hasta el boliviano Feliz Patzi, consideran la educación como un instrumento de subversión revolucionaria.
Según Freire existen dos tipos de educación: la domesticadora y libertadora, las cuales se contraponen de forma directa. La primera, también llamada “Educación Bancaria”, posiciona al docente como figura central del proceso de enseñanza. Bajo esta lógica, el educador posee el monopolio del conocimiento y es responsable de imponer el saber al educando, en tanto estos últimos adoptan una posición pasiva y se limitan a practicar la memorización mecánica cómo método de estudio. La segunda, también conocida como “Educación Problematizadora”, fue elaborada por Freire como una alternativa a la primera, con el cometido de eliminar la dicotomía entre educadores y educandos, destruir la pasividad de estos últimos y estimularlos a transformar su realidad. La idea liberadora de Freire, es destrozar los valores familiares de los niños, y formar activistas de izquierda desde el kínder.
Y para ser sinceros, debemos reconocer que tuvo éxito. La verdad fue expulsada del aula de clases, y reemplazada por el relativismo filosófico. La gramática, la lógica y la aritmética están de vetadas (son rasgos del colonialismo). Ahora lo importante, es aprender sobre “Cosmovisión Andina”, “Filosofía Amazónica” y “Economía Comunitaria”. La historia fue reescrita: el hombre blanco, cristiano y heterosexual es el culpable de cuantas desgracias ocurrieron en la humanidad. La ética y moral tienen prohibido entrar a clases; su lugar lo ocupa el marxismo cultural. Los profesores no podemos hablar ni de Dios ni la familia, se nos exige ser “neutrales” en esos temas. Los viejos y sabios maestros fueron reemplazados por el pedagogo. Técnicamente, es el comisario del pensamiento, que vigila que todos los profesores y colegios cumplan con los lineamientos del programa oficial de “educación”.
Mariano Pérez Álvarez (Psicólogo, escritor y profesor) en su libro “Volviendo a la normalidad”. Destruye por completo el concepto del TDAH. Lo muestra como una enfermedad inventada, cuyo único propósito es eliminar la individualidad. Pérez explica que en realidad los niños se aburren con facilidad, y que la distracción es un comportamiento natural en la infancia. No necesitan tratamiento psicológico: necesitan disciplina paterna y materna, afectos y formación en valores. ¿Notó la trampa?: la psicología sirve como instrumento de control social, para que la familia sea reemplazada por el “Big Brother” estatal.
La familia, la propiedad privada y la economía capitalista son los eternos blancos de la izquierda. Lo único que modificaron fueron sus métodos. La guerrilla armada tipo Fidel Castro, fue reemplazada por la “pedagogía liberadora” de Paulo Freire, las expropiaciones forzosas se cambiaron por las tasas impositivas elevadas y el obrero fue sustituido por el homosexual como el sujeto revolucionario.
domingo, 19 de noviembre de 2017
martes, 24 de octubre de 2017
¿Qué le sucedió a la educación?
¿Qué le sucedió a la educación?
Por: Hugo Marcelo Balderrama.
El año 2007 siendo economista de profesión, tuve que cursar un posgrado en pedagogía. Recuerdo que cada clase, me asombrara de la cantidad de palabras rebuscadas, que usaban los profesores para nombrar las cosas más sencillas: constructo, taxonomía, procesos metacognitivos y otras cosas por el estilo. Durante el desarrollo del curso, llegue a la conclusión: que los pedagogos usan esos términos, para aparentar una sabiduría que en verdad no tienen.
Este nuevo sistema “pedagógico” es producto del Constructivismo, enseña que el estudiante debe conocer la verdad por sí mismo, y que el maestro no debe imponer sus ideas, sino que, sólo debe ser un mediador entre el saber y el estudiante.
Paradójicamente, el conocimiento especulativo y la búsqueda de las verdades finales, han sido expulsados de las universidades y reemplazados por frases típicas del márquetin como: “educación por competencias”, “formamos emprendedores”, “estudio para trabajar”, etc. Detrás de todos esos sofismas publicitarios, se oculta el desprecio que la educación moderna tiene por la filosofía clásica y sus viejos métodos de aprendizaje y enseñanza. La frase más repetida por los estudiantes es: “yo quiero la práctica y no la teoría”. Esa consigna resume la filosofía más idiota, perversa y dañina que se pueda imaginar. Pero es harto popular, porque el odio a la palabra, a la inteligencia y a la ciencia, y al estudio, que es el medio para alcanzar sabiduría, es precisamente la filosofía que abraza hoy la inmensa mayoría de la gente.
Parece que esta frase, en latín “Res et non verba”, se originó en Roma, cuando los toscos e iletrados campesinos y soldadotes romanos hicieron contacto con los griegos, dados al cultivo de la filosofía, el diálogo y el debate. Los romanos, dados en cambio a las supersticiones, las adivinaciones, la astrología y el pensamiento mágico, tenían por “sentido práctico” a esa ignorancia rebelde y contumaz, que se subleva contra la erudición. Pero “nada más práctico que una buena teoría”, escribió José Ortega y Gasset.
“Studia Generalia” (estudios generales): era el sistema de estudios de la universidad medieval, que tenía como propósito: acceder a las destrezas intelectuales especulativas y a los conocimientos universales, antes que a destrezas prácticas y concretas. ¿Cuál era la razón?: desarrollar las tres formas de razonamiento: deductivo, inductivo y analógico.
Las siete artes liberales eran el fundamento de esta enseñanza. El trívium agrupaba las disciplinas relacionadas con la elocuencia: lógica, gramática y retórica. Y el quadrivium agrupaba las disciplinas relacionadas con las ciencias duras: la aritmética, la geometría, la astronomía y la música.
Llevo diez años como docente, y mi experiencia es muy triste. Los universitarios recién egresados, demuestran poca formación intelectual. Los trabajos académicos y la tesis, son escritos sin el menor cuidado por la gramática y la ortografía y su razonamientos son llenos de sofismas (“nadie es dueño de la verdad”, “la verdad es relativa”, “esas cosas era para ayer”, etc.). A semejanza de los animales, que sólo reaccionan ante lo concreto, las referencias son nada más a personas, hechos y conductas de la experiencia inmediata, muy limitada.
¿Qué le sucedió a la educación?: está secuestrada por la política, y no cualquier política, sino el radicalismo de izquierda, contrario a la cultura y la civilización occidental. Su objetivo no es educar, sino politizar, adoctrinar e inhibir la capacidad de razonar. Y en ese sentido: la educación estatal es todo un éxito.
Por: Hugo Marcelo Balderrama.
El año 2007 siendo economista de profesión, tuve que cursar un posgrado en pedagogía. Recuerdo que cada clase, me asombrara de la cantidad de palabras rebuscadas, que usaban los profesores para nombrar las cosas más sencillas: constructo, taxonomía, procesos metacognitivos y otras cosas por el estilo. Durante el desarrollo del curso, llegue a la conclusión: que los pedagogos usan esos términos, para aparentar una sabiduría que en verdad no tienen.
Este nuevo sistema “pedagógico” es producto del Constructivismo, enseña que el estudiante debe conocer la verdad por sí mismo, y que el maestro no debe imponer sus ideas, sino que, sólo debe ser un mediador entre el saber y el estudiante.
Paradójicamente, el conocimiento especulativo y la búsqueda de las verdades finales, han sido expulsados de las universidades y reemplazados por frases típicas del márquetin como: “educación por competencias”, “formamos emprendedores”, “estudio para trabajar”, etc. Detrás de todos esos sofismas publicitarios, se oculta el desprecio que la educación moderna tiene por la filosofía clásica y sus viejos métodos de aprendizaje y enseñanza. La frase más repetida por los estudiantes es: “yo quiero la práctica y no la teoría”. Esa consigna resume la filosofía más idiota, perversa y dañina que se pueda imaginar. Pero es harto popular, porque el odio a la palabra, a la inteligencia y a la ciencia, y al estudio, que es el medio para alcanzar sabiduría, es precisamente la filosofía que abraza hoy la inmensa mayoría de la gente.
Parece que esta frase, en latín “Res et non verba”, se originó en Roma, cuando los toscos e iletrados campesinos y soldadotes romanos hicieron contacto con los griegos, dados al cultivo de la filosofía, el diálogo y el debate. Los romanos, dados en cambio a las supersticiones, las adivinaciones, la astrología y el pensamiento mágico, tenían por “sentido práctico” a esa ignorancia rebelde y contumaz, que se subleva contra la erudición. Pero “nada más práctico que una buena teoría”, escribió José Ortega y Gasset.
“Studia Generalia” (estudios generales): era el sistema de estudios de la universidad medieval, que tenía como propósito: acceder a las destrezas intelectuales especulativas y a los conocimientos universales, antes que a destrezas prácticas y concretas. ¿Cuál era la razón?: desarrollar las tres formas de razonamiento: deductivo, inductivo y analógico.
Las siete artes liberales eran el fundamento de esta enseñanza. El trívium agrupaba las disciplinas relacionadas con la elocuencia: lógica, gramática y retórica. Y el quadrivium agrupaba las disciplinas relacionadas con las ciencias duras: la aritmética, la geometría, la astronomía y la música.
Llevo diez años como docente, y mi experiencia es muy triste. Los universitarios recién egresados, demuestran poca formación intelectual. Los trabajos académicos y la tesis, son escritos sin el menor cuidado por la gramática y la ortografía y su razonamientos son llenos de sofismas (“nadie es dueño de la verdad”, “la verdad es relativa”, “esas cosas era para ayer”, etc.). A semejanza de los animales, que sólo reaccionan ante lo concreto, las referencias son nada más a personas, hechos y conductas de la experiencia inmediata, muy limitada.
¿Qué le sucedió a la educación?: está secuestrada por la política, y no cualquier política, sino el radicalismo de izquierda, contrario a la cultura y la civilización occidental. Su objetivo no es educar, sino politizar, adoctrinar e inhibir la capacidad de razonar. Y en ese sentido: la educación estatal es todo un éxito.
jueves, 28 de septiembre de 2017
La nueva derecha
Por: Hugo Marcelo Balderrama
Entendemos por derecha: todas las fuerzas políticas que se oponen al socialismo. Tradicionalmente, la derecha política: fue la variopinta mezcla de sectores clericales, empresariales, intelectuales y económicos.
El escritor argentino Nicolás Márquez nos explica: que la vieja derecha
quedo reducida a “Think Thanks” y otros grupos cerrados, que no tienen
impacto alguno en la política de la región. Un análisis correcto y
acertado.
La amenaza socialista tienen un nuevo dardo que lanzar contra la civilización: “el marxismo cultural”. Los nuevos rojos, cambiaron la lucha revolucionaria por la guerrilla cultural. Los blancos son los de siempre: el matrimonio, la familia, la cultura y la economía capitalista. El progresista moderno, ya no ve en el obrero el sujeto revolucionario; ahora los nuevos agentes subversivos son: los homosexuales, los travestis, los transexuales y los pedófilos.
Ante todo lo expuesto, es necesario el resurgir de la derecha. Esta nueva derecha debe agrupar a todos los viejos sectores que tradicionalmente se oponen al socialismo: los conservadores para enfrentar la arremetida de la ideología de género y el feminismo de tercera ola, los patriotas para rescatar la soberanía nacional y sacar al país de todas las agencias de la ONU y los defensores del libre mercado para crear riqueza y prosperidad para todos.
Esta nueva fuerza política debe partir de las siguientes premisas: la libertad individual como pilar fundamental del progreso; la defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte natural, la familia como institución natural para otorgar educación y generar riqueza; la democracia como una forma civilizada de cambiar gobernantes: pero jamás como un pretexto para la “tiranía de la mayoría”, la igualdad ante la ley y la defensa de un gobierno limitado en poderes, recursos y funciones.
La escuela austriaca de economía, el conservadurismo inglés, el republicanismo americano, la democracia representativa y la escuela del derecho natural, son los pilares epistemológicos de esta nueva derecha.
Los protestantes entendemos muy bien, que sin renunciar a nuestros principios teológicos, la unión con los católicos es fundamental para salvaguardar la libertad religiosa, la familia y la educación, hoy terriblemente amenazadas por la izquierda posmarxista.
La construcción de una derecha, es una tarea que empezamos: Andrés Ortega, Liliana Orellana, Marcelo Ostria Borda, Luis Cristian Rivas Salazar, Álvaro Arteaga y este humilde servidor. Una tarea dura y marcha arriba, que con la bendición del Creador esperamos llegue a buen puerto.
Cochabamba/26/09/2017.
La amenaza socialista tienen un nuevo dardo que lanzar contra la civilización: “el marxismo cultural”. Los nuevos rojos, cambiaron la lucha revolucionaria por la guerrilla cultural. Los blancos son los de siempre: el matrimonio, la familia, la cultura y la economía capitalista. El progresista moderno, ya no ve en el obrero el sujeto revolucionario; ahora los nuevos agentes subversivos son: los homosexuales, los travestis, los transexuales y los pedófilos.
Ante todo lo expuesto, es necesario el resurgir de la derecha. Esta nueva derecha debe agrupar a todos los viejos sectores que tradicionalmente se oponen al socialismo: los conservadores para enfrentar la arremetida de la ideología de género y el feminismo de tercera ola, los patriotas para rescatar la soberanía nacional y sacar al país de todas las agencias de la ONU y los defensores del libre mercado para crear riqueza y prosperidad para todos.
Esta nueva fuerza política debe partir de las siguientes premisas: la libertad individual como pilar fundamental del progreso; la defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte natural, la familia como institución natural para otorgar educación y generar riqueza; la democracia como una forma civilizada de cambiar gobernantes: pero jamás como un pretexto para la “tiranía de la mayoría”, la igualdad ante la ley y la defensa de un gobierno limitado en poderes, recursos y funciones.
La escuela austriaca de economía, el conservadurismo inglés, el republicanismo americano, la democracia representativa y la escuela del derecho natural, son los pilares epistemológicos de esta nueva derecha.
Los protestantes entendemos muy bien, que sin renunciar a nuestros principios teológicos, la unión con los católicos es fundamental para salvaguardar la libertad religiosa, la familia y la educación, hoy terriblemente amenazadas por la izquierda posmarxista.
La construcción de una derecha, es una tarea que empezamos: Andrés Ortega, Liliana Orellana, Marcelo Ostria Borda, Luis Cristian Rivas Salazar, Álvaro Arteaga y este humilde servidor. Una tarea dura y marcha arriba, que con la bendición del Creador esperamos llegue a buen puerto.
Cochabamba/26/09/2017.
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