jueves, 19 de agosto de 2010

Libertad para todos

Hugo Balderrama
Es para mí un honor que Héctor Ñaupari me haya pedido comentar su libro que lleva el mismo título que el presente artículo, conozco el compromiso con la libertad que lleva el autor en el corazón, por eso acepte sin dudar.Quiero rescatar tres elementos centrales en el trabajo de Ñaupari, primero la autocrítica que debemos tener los liberales que dejamos pasar una y otra vez la oportunidad de consolidar una sociedad abierta en nuestros países, fuimos culpables de que nuestros rivales de siempre se apropiaran de los elementos humanistas de nuestras ideas, porque pretendimos (en algunos casos todavía pretenden) explicar los beneficios del liberalismo a partir de tendencias de crecimiento, márgenes de ganancia, niveles del déficit fiscal, en fin nos quedamos con la exquisitez masturbadora de la economía, sin darnos cuenta que la libertad no se la puede explicar ni mucho menos entenderla como una ecuación matemática.Segundo, el llamado que nos hace Ñaupari a convertir nuestras ideas en fuente de inspiración, dotándola de rostro latinoamericano, debemos empezar por resaltar a aquellos empresarios exitosos que con sudor y lágrimas, sin poder de lobby, con pesados sistemas tributarios, lograron triunfar, esos que comúnmente son excluidos de los círculos sociales del país por llevar apellidos como Mamani, Quispe, Chambi, Choque, etc. Estos son los ejemplos que debemos nombrar en nuestras cátedras, en nuestros libros, en nuestros artículos porque precisamente los socialistas se escudan en esos apellidos para tachar al liberalismo como clasista y elitista, nuestra tarea fundamental es mostrar que el ideal libertario es opuesto a las elites de poder que viven bien a costa de muchos. Aquellos liberales que como en mi caso cumplimos labores académicas, somos los llamados a dar el primer paso, las mentes mas jóvenes deben ser nuestro terreno de cultivo si queremos tener una ideología liberal que sea perdurable en el tiempo, los colectivistas lo demostraron, todavía hoy en las escuelas y universidades públicas Marx, Keynes y sus nietos siguen siendo los mas estudiados y lamentablemente los mas inspiradores.Por ultimo, nuestro peor error muy acertadamente sacado a luz por Héctor, fue precisamente no preconizar un modelo de comportamiento, volviéndonos en muchos casos cómplices de la mediocridad, del despilfarro, del dinero fácil, elementos usados muy a su favor por enemigos tan crueles de la libertad como Castro, que se escuda en los éxitos de deportistas y artistas cubanos, para justificar su régimen de terror, argumentando que son sus medidas totalitarias las que permitieron a los individuos cosechar los laureles, que fue su obra la que formo mejores personas, mas solidarias, mas trabajadoras, mas humanas. Acaso no son esos los valores que inspiraron a Alberdi, Martí o Juárez, acaso no es precisamente la libertad aquella que permite que el hombre explote sus mejores facetas, en post de la mejora espiritual, es necesario que nosotros rescatemos esos elementos, que las convirtamos en canciones, en poesía, insisto las ecuaciones de las tendencias de crecimiento, solo nos complicaran la tarea, es hora de llegar a los sentimientos de la gente, Liberales cantemos a nuestra Liberalia Oceanía, hagamos de la libertad una poesía que mueva los corazones de los latinoamericanos.